Sobre la supresión de lo finito


Leí en una pared: "No malgaste el tiempo porque la vida está hecha de él"
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El tiempo, ¿cuándo es malgastado? ¿Se "gasta" el tiempo? ¿Regenta el tiempo a la vida?
¿Cuándo el tiempo es suprimido? ¿Es la temporalidad de los hechos infinita?
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Dos interlocutores enfrascados en un intercambio meditativo escuchan, relacionan palabras, se escuchan atentos, le dan a su turno forma a una sustancia de idealidad y describen una concreción de idea o sucesión de ellas expuestas, fundamentadas, apasionadas. Una después de otra, mirada atenta, oído presto, pensamiento alerta.
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Dos interlocutores enfrascados en un intercambio de ideas se escuchan, relacionan sus palabras oídas y articuladas para darle forma ideal a una idea expuesta, apasionada, fundamentada. Ambos interambian criterio para formar ideas y construir los elementos de sus respectivos castillos que buscan, en el mejor de los casos, un único fundamento para una sola estructura.
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Un tercero, ajeno al diálogo escapa del mismo para cuantificar el río del tiempo absorto en sus prioridades. Aquel, al concebir al tiempo, ¿se quedó en la dimensión de lo temporal, finito y mortuorio?
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Al estar ajeno a las ideas expuestas y ajeno además al diálogo, muere en la finitud de la inevitable aspiración que persigue al hallarse atrapado en sus propias acciones impuestas por las apetencias carnales y la consciencia del tiempo que para él transcurre inexorable.
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Aquel, ¿no elige ser ajeno de las cosas eternas porque se exige y exige a otros porque el tiempo lo regenta?
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Pero aquellos interlocutores existen fuera del tiempo.
La idea de atemporalidad es una sombra desapercibida frente a las ideas expuestas como proposiciones sobre hechos que vienen, mutan y van.
Se suprime a lo finito en este proceso: se suprime al tiempo y a todo los que este regenta.
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"Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero solo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada".
(Luc 10:38-42)
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Marta, absorta en lo temporal y pasajero, renunció a lo intemporal, a lo eterno.
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Así,
¿Aprovechará bien vuestro curso de vida? En el intento quizás sea usted capaz de suprimir también al tiempo.
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Al intercambia ideas con vuestro interlocutor caminará por una calzada libre del pulso temporal, absorto y peripatético, a paso lento, sobre el brevísimo arco que asoma en sus laderas la gran curva de la eternidad.
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El tiempo al ser absorbido por la idea deja de ser concebido, como quizás le sucede ahora mismo a usted, porque vuestro interés enclavado en esta proposición lo hace libre, idóneo para viajar hacia una pequeña isla,

y en ella a un punto de zarpe rumbo al vasto océano celestial de la idealidad eterna.

17.05.2023
26 Iyar 5783
HR

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