Sobre la ubicuidad de un cauto
Leí en una pared: "Aprendí a desaparecer de los lugares donde no era bien recibido. No era un simple truco de magia, solo un ejercicio de dignidad" ... La ubicuidad de quien ostenta cautela, ¿debería estar oculta? La pública presencia, ¿qué necesidad tiene detrás? Aprender a desaparecer ¿no es un anuncio de resignación porque intentó en vano presencia? ... Así, al no ser bien recibido, por dignidad prefirió el "mutis"... ... En el silencio de ese alejarse, deténgase frente a cualquier espejo. Interróguelo. ... "¿Me enorgulleces? ¿Siento satisfacción por la obra de tus manos? ¿Puedo hablarte con entusiasmo de mis logros? ¿Me satisfago en ellos y de mi abundancia comparto? ¿Cuánto me afecta ser aceptado? ¿Cuánto me importa la opinión? ¿Cómo enfrento la divergencia? La antítesis ajena, ¿suma y me enriquece? ¿Cómo me afecta la indiferencia? ¿Por qué me afecta la indiferencia? Mi aceptación, ¿no me es acaso fortaleza? ¿Quién acepta? ¿Quién criba?" ... Quizás